«Not everything that counts can be counted, and not everything that can be counted counts.»
.. enorme reflexión de Albert Einstein, vista en un tuit de @mcanabalb ..
.. hay quién dice que me gustan demasiado los números 😉 .. y es cierto .. los datos son datos, y me ayudan a tener referencias en muchas cosas, pero no es menos cierto que hay veces que no lo son todo ..
.. y aprovecho que he abierto este post para reflexionar un poco más: en ocasiones tuiter me sirve como «encuesta de clima online» con una ventaja: es «permanente» y es tiempo real .. os confieso que me encanta cuando leo visiones optimistas de mis colaboradores en sus timelines, y también, que me afecta mucho cuando leo algún que otro tuit desanimado sobre algunas cosas que les desilusionan, y que son importantes para ellos .. en esos momentos pienso bastante en si hay algo (por pequeño – o grande – que sea) que pueda hacer (y que no haya hecho) .. y sobre todo pienso en que hay gente del equipo que seguro que pasa por momentos malos, pero encima no lo sé (porque no lo tuitean o no me lo acercan vía mail u otras fórmulas que saben que leo) .. pero también en esos momentos reflexiono lo que me hubiera gustado a mí que mi jefe hubiera leido mis tuits cuando estaba así ..
Ostis. Touché. Habrá que tener cuidado con los tuits 😉
Bonita reflexión.
Y buena la cita de Einstein. A Einstein se le atribuyen muchas. Como mente privilegiada que fue. Aunque hay una que siempre me viene a la mente cuando se cita a Einstein, aquella que dijo escéptico en su momento de la física cuántica:
«Dios no juega a los dados con el hombre»
De las muchas citas-replicas me quedo con la de Stephen Hawking:
«Dios no solo juega a los dados, sino que a veces los lanza donde no podemos verlos»
Y es que la incertidumbre siempre está ahí 😉 Hasta en el mundo de la empresa.
Es ley de vida y dijo el Principito – Antoine de Saint Exupery
«A los mayores les gustan las cifras» 🙂
Si os he contado todos estos detalles sobre el asteroide B 612 y hasta os he confiado su número, es por consideración a las personas mayores. A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: «¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?» Pero en cambio preguntan: «¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?» Solamente con estos detalles creen conocerle. Si les decimos a las personas mayores: «He visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado», jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa. Es preciso decirles: «He visto una casa que vale cien mil francos». Entonces exclaman entusiasmados: «¡Oh, qué preciosa es!»