.. tarde / noche del 2 de noviembre del 2014, ya ha atardecido en NYC, hace frío, y está ya oscuro .. y un Sebas tembloroso, destrozado, destemplado, sin embargo no puede parar de sonreír, parecía un ‘walking dead’ tratando de salir de Central Park después de acabar su primera maratón, y murmuraba «nunca más, nunca más», mientras era incapaz de evitar que sus dientes dejaran de castañear .. hace casi un año de eso, y aquí estoy, otra vez, en capilla, dispuesto a intentar mi segunda maratón, en esta ocasión en Chicago .. ¿por qué? ¡por qué! ¿por qué? .. jajajaaja he pensado mucho sobre esto todos estos días, y creo que estas son mis tres razones principales:

• 1) lo hago por demostrarme que puedo con todo: y es que por mucho que quiera evitar reconocerlo, esta es la principal razón: esa extraña necesidad (y obsesión) que tengo de demostrarme – en todo – que no hay nada imposible, y que siempre se pueden sacar adelante las cosas, por muy complicadas que parezcan, y por muy difíciles que se pongan las circunstancias .. una maratón es una prueba perfecta para esto, y el segundo maratón es una sensación muy compleja de explicar – al menos para mí – ya no tengo esa inconsciencia de la primera vez, y tengo algo más de miedo, pero ahora, que sé que mi cuerpo puede terminarla, (a pesar de lo mal que lo trato, de lo mal que preparo y de lo poco que entreno), lo que soy incapaz de evitar es mejorar, por poco que sea .. mejorar, mejorar, mejorar, algo que también es intrínseco a mi modo de hacer todo en mi vida, tratar de hacer las cosas un poquito mejor cada vez .. vamos, el típico «no hay huevos» llevado al extremo ..
• 2) lo hago por la preparación: dejando de lado esas cosas más conceptuales, en el plano más físico, una maratón no son sólo los 42,2km del día de la carrera, sino todos los meses de preparación: cada una de las mañanas y tardes que he tenido que salir a correr, a entrenar, esa disciplina de luchar contra la rutina, el tener que sacar tiempo a otras cosas (horas de descanso, familia, etc.), todo eso hace que una maratón sea tan especial .. cómo olvidar esas mañanas de verano, en agosto, en las que en vez de quedarme en la cama descansando, me ponía el despertador para salir a correr y volver a desayunar, exhausto, con los peques, que – en su inocencia – me seguían preguntando cómo iba a poder correr los 42,2km si día tras día seguían oyendo que ‘sólo’ hacía 10k por las mañanas .. aunque mañana aquí en Chicago las cosas se tuerzan, estoy orgulloso de haber preparado otro año más, durante estos meses, la prueba .. sólo eso (y los 10 kilos que me he quitado), ya merece la pena !! (y eso sí, vuelvo a no estar nada satisfecho de haber entrenado tan pocos meses, lo que hago es una locura, y si alguna vez lo vuelvo a hacer, debo tomármelo más en serio – y de manera más constante – durante todo el año, no dejar las cosas para el final, aunque eso lo he hecho siempre así ..
• 3) lo hago para disfrutar .. suena extraño y contradictorio con el sufrimiento que me espera – sobre todo a partir del km 30 – pero, de verdad, correr una maratón es una experiencia brutal, increíble, irrepetible (salvo que hagas otro maratón), muy diferente a nada que haya podido experimentar algo .. hay pocas personas que hayan corrido una maratón, y hay algunas menos que hayan hecho dos .. no puedo más que felicitarme de haber dado el paso el año pasado (y he de agradecer a todos los que me metieron en este lío), pero es que mañana cuando salga, no voy a poder dejar de sonreír, voy a disfrutar mucho más que el año pasado, y desde que le de al ‘play’ y suene ‘cecilia ann’ de los pixies o el ‘romance de juan osuna’ de los planetas (las dos entre las que todavía estoy dudando para ser la primera de las más de 5 horas que he preparado) hasta que llegue a meta, voy a estar disfrutando del ambiente, de toda la gente, de los corredores, familiares y amigos que vienen, de los cientos de miles de personas anónimas que no dejarán de animar por las calles .. es un espectáculo, y sé que es uno de esos momentos que no olvidaré mientras viva .. y seguramente – aunque mañana por la noche vuelva a decir «nunca más, nunca más» – en el fondo estaré pensando ya en la siguiente ..

.. pero bueno, por encima de todo, lo hago por los niños que no tienen tanta suerte como los míos .. desde que conocí la labor de la Fundación Teléf con el programa Proniño reconozco que es una causa que me engancha .. poder contribuir, aunque sea poco, muy poco, a que niños de Latinoamérica puedan estudiar y no tengan que trabajar desde pequeños, me da las fuerzas que a veces faltan .. el año pasado me dijeron que no ha habido nunca nadie que haya abandonado una maratón si corre con la camiseta de Proniño, y no me extraña .. ese debe ser el secreto que ha conseguido que yo terminara NYC, y – espero – que me ayude también a acabar la de mañana !! ..